Para aquellos capitostes que piensan, siguen pensando, que es la marca de un boli, o peor, porque piensan que todo lo que se define como BIC, debe automáticamente; ser demolido, abandonado, arrasado, bombardeado, expoliado, masacrado…Proponerles que se vayan a hacer puñetas, (ya les indicaría amablemente, cómo).
Los BIC, de los que en nuestro municipio contamos con muchos ejemplos, son Bienes de Interés Cultural; y aunque a ustedes, capitostes de obtusas mentes, lo de cultura les suene a peligroso; a la ciudadanía que pretenden representar, les supone identidad, riqueza, acervo, belleza, conocimiento. Por tanto, no debiera ser su objetivo principal el que han mostrado, lejos de los intereses de la ciudadanía y más alejados aún de los propios intereses de la ciudad y aún de la cultura universal.
Cada día son más los puntos denominados BIC, que se desmoronan ante nuestros ojos impotentes; cada día más los que son expoliados, quemados, arrasados, para el beneplácito de quienes ustedes si representan, con construcciones que no nos hacen falta. Al turismo se muestran aquellos que se salvaron a su pesar, rodeados de otras edificaciones, que sus predecesores propiciaron, de difícil calificación y por solares que ustedes han consentido e incluso promovido; ya que dentro de sus miopes mentes no cabe la posibilidad de reconstruir, de restaurar, de respetar lo que toda la ciudadanía disfruta; lo que le pertenece a la postre, porque ha sido esta la que lo ha construido, la que lo ha mantenido, muchas veces, costando la vida a quienes en ellos trabajaron.
Hoy en día, su desidiosa actitud, continúa poniendo en peligro la existencia de estos BIC, que, a buen seguro, serían una valiosa fuente de ingresos para la ciudad, sabiendo administrarlos con una mente constructiva, con participación de la propia ciudadanía; a la que ustedes ignoran y ofenden con su actitud, con su menosprecio, y a la que deberían estar agradecidos puesto que es de quienes viven, y muy bien por cierto.
La reconstrucción de estos bienes podría suponer un montón de puestos de trabajo, pero aún más, su conservación; su mantenimiento, aseguraría aún más trabajo, en este municipio tan necesitado de ellos.
Supondría también, que los cartageneros y cartageneras, sintiéramos orgullo de ésta ciudad, que hoy ocultamos en gran parte a la vista de los visitantes. Tenemos tesoros suficientes como para ser un punto de gran interés turístico. Es posible que no sea lo más interesante que podamos ofrecer; pero es un punto importante en el que incidir.
Devolver Cartagena a los cartageneros, todos esos espacios que nos han sido negados durante años; ya está bien de mirar para otro lado, de “prohibido el paso”, que nos han impedido disfrutar de rincones bellísimos de nuestra ciudad. En el mismo sentido, el abandono y la desidia de las sucesivas corporaciones municipales, han abonado el distanciamiento de la ciudadanía de Cartagena, de muchos de esos BIC.
Su gestión pasará factura, la está pasando, a la sociedad; hoy pagamos por lo que ayer edificamos y que nunca disfrutamos, lo disfrutaron padres y abuelos de los que hoy les apoyan, a los que siguen beneficiando con sus medidas.
Antonio Baeza
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Ciudadano que
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